Los pueblos primitivos reconocían a las plantas por su olor y su sabor, ahora las podemos observar, describir y clasificar; la ciencia que se dedica a eso es la botánica. En ella se estudia su clasificación y ésta les da un nombre. Esto es porque no existe ningún ser vivo exactamente igual a otro, pero sí hay muchos parecidos.
Con estos datos podemos agrupar las diferentes formas de vida que se relacionan entre sí y a este grupo se le llama especie.
La especie es la unidad básica empleada en la clasificación de formas vivientes y está constituida por los organismos que se parecen mucho entre ellos.
Si agrupamos a las especies semejantes obtenemos el género y la familia a los que pertenecen; los géneros similares constituyen grupos mayores que se llaman órdenes, que juntos forman las clases.

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